El memorial levantado en honor a las víctimas del terrorismo de Estado en el Pozo de Vargas, ubicado en el límite sur de Tafí Viejo fue vandalizado.
La obra, inaugurada en 2018, fue atacada con piedras que dañaron los vidrios donde se figuran los nombres de todas las personas que fueron identificadas en la fosa común clandestina utilizada por el Gobierno Militar de la última dictadura.
El memorial fue dañado durante la madrugada del sábado y que ya existe una denuncia realizada y que se encuentra a cargo del fiscal de Estado Carlos Brito.
En el año 2001, a partir de una serie de testimonios y denuncias comenzaron los trabajos de inspección de la zona (que hacia el siglo XIX formaba parte del trazado ferroviario para abastecer a las viejas locomotoras a vapor) de la mano del Grupo interdisciplinario de arqueología y antropología de Tucumán (GIAAT): el 8 de mayo de 2002 se encontró una construcción subterránea de tres metros de diámetro y unos 40 de profundidad en el predio de Antonio Vargas.
El presidente Néstor Kirchner se detuvo allí en 2003 rumbo a Tafí Viejo. En 2004 se descubrieron los primeros segmentos óseos humanos y en 2009 se conformó el Colectivo de arqueología, memoria e identidad de Tucumán (CAMIT) bajo cuya guardia se recuperaron y preservaron más de 38 mil segmentos óseos humanos (enteros o fragmentados): se determinaron restos correspondientes a 148 personas, que se estima serían 120 hombres y 28 mujeres.
También allí se encontró ropa, calzados y objetos personales de detenidos desaparecidos, como también proyectiles, tabiques y mordazas. En el año 2013 la Iniciativa latinoamericana para la identificación de personas desaparecidas (ILID) del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) analizó las muestras genéticas e identificó a 113 personas.