Recientemente, un estudio halló que las personas que ya tiene prediabetes pueden reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 si complementan ese estilo de vida saludable con el consumo de vitamina D.
Las vitaminas son sustancias que nuestro organismos necesita para desarrollarse y funcionar correctamente. Una de ellas, la vitamina D, ayuda al cuerpo a absorber calcio, uno de los principales elementos que constituyen los huesos.
Nuestro cuerpo produce vitamina D cuando la piel se expone directamente a los rayos solares. También existen productos multivitamínicos y suplementos para obtenerla, sin embargo, los profesionales recomiendan conseguirla a través de los alimentos:
Bebidas de soja.
Cereales.
Cítricos.
Lácteos.
Hongos.
Quesos.
Pescados magros.
Yemas de huevo.
La cantidad de vitamina D que se necesita a diario se calcula con una medida llamada unidades internacionales (UI). El consumo diario recomendado depende según el grupo etario:
Infantes de 0 a 12 meses: 400 UI.
Niños de 1 a 18 años: 600 UI.
Adultos hasta los 70 años: 600 UI.
Mujeres embarazadas o en período de lactancia: 800 UI.
Adultos mayores de 70: 800 UI.
Cuando una persona no cubre durante mucho tiempo el consumo adecuado de vitamina D, puede sufrir una deficiencia, y con ello, experimentar una menor densidad ósea, lo que aumenta el riesgo de osteoporosis y fracturas, un mayor riesgo de raquitismo, e incluso incrementar las probabilidades de sufrir enfermedades como hipertensión, cáncer, esclerosis múltiple, o diabetes.
Qué es la prediabetes y cómo se diagnostica
Es sobre esta última afección, específicamente la prediabetes, que se centró la reciente investigación publicada en The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism.
Relación entre la prediabetes y la vitamina D
El nuevo estudio, que incluyó a casi 45.000 participantes (con una edad promedio de 65 años) provenientes de nueve ensayos clínicos anteriores, llegó a la conclusión de que a las personas con prediabetes a las que se les suplementaba al menos 1000 UI de vitamina D podían reducir significativamente el riesgo de progresar a un diagnóstico de diabetes tipo 2.