El presidente Joe Biden recibió a los primeros ministros de Australia y Reino Unido, Anthony Albanese y Rishi Sunak, en una base naval en San Diego, California, para anunciar el proyecto.
Se trata de “la mayor inversión individual en la capacidad de defensa de Australia en toda nuestra historia”, dijo Albanese.
Conocida por su acrónimo inglés AUKUS, esta asociación de Australia, Reino Unido y Estados Unidos permitirá a Canberra reemplazar su flota de submarinos por una de propulsión nuclear, que agregará una fuerza sustancial a la alianza occidental que busca contrarrestar la expansión militar de China.
El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, dijo a los periodistas que viajaban a California en el Air Force One que el plan ilustra el compromiso a largo plazo de Washington para proteger la “paz y la estabilidad” en la región de Asia-Pacífico.
La asociación con Australia, que implica compartir tecnología nuclear secreta que antes solo se entregaba a Gran Bretaña, es “un compromiso de décadas, tal vez de un siglo”, dijo Sullivan.
Canberra comprará los submarinos clase Virginia de propulsión nuclear y armados convencionalmente “en el transcurso de la década de 2030”, con la “posibilidad de subir hasta cinco si es necesario”, dijo Sullivan.
El nuevo modelo, también de propulsión nuclear y con armas convencionales, es un proyecto a más largo plazo y se denominará SSN-AUKUS, agregó, detallando que se construirá sobre la base de un diseño británico, con tecnología estadounidense y “significativas inversiones en las tres bases industriales”.
Anteriormente, Australia había estado en camino de reemplazar su antigua flota de submarinos a diésel con un paquete de 66.000 millones de dólares de naves convencionales francesas.