En una reunión televisada con Putin en el Kremlin, Asad dijo que Rusia estaba luchando contra neonazis y “viejos nazis” en Ucrania, según una traducción rusa.

Sin ofrecer pruebas, Asad dijo que Occidente había acogido a “viejos nazis” y que ahora les estaba dando apoyo.

Kiev y Occidente afirman que las acusaciones rusas de que Ucrania se ha convertido en un hervidero de nazismo y “rusofobia” son un pretexto sin fundamento para una guerra de agresión no provocada en su vecino.

El apoyo militar de Rusia a Asad le ayudó a cambiar las tornas de una ruinosa guerra civil que comenzó en 2011 como un movimiento prodemocrático.