“Los enfrentamientos entre bandas son cada vez más violentos y frecuentes”, afirmó en un comunicado la oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.

El grupo local de derechos humanos RNDDH estima que las bandas, y no las fuerzas de seguridad del Estado, controlan ahora toda la capital, Puerto Príncipe, y más de la mitad del país.

La ONU renovó su llamamiento a los países para que “consideren urgentemente” el despliegue de una fuerza especializada en la nación caribeña, un día después de que varias familias huyeron de una nueva oleada de violencia mortal en el suburbio de Petion-Ville de la capital.

El pasado mes de octubre, el Gobierno provisional de Haití solicitó una “fuerza de acción rápida” para reforzar la policía, pero ningún país se ha ofrecido a dirigirla.

La oficina de la ONU dijo que al menos 208 personas murieron durante dos semanas de brutales enfrentamientos a principios de marzo, con francotiradores implicados en disparar al azar contra la gente en sus casas o en la calle.

La violencia sexual también se usa contra mujeres y niñas para aterrorizar, castigar y presionar a las familias para que paguen rescates por secuestros, según la oficina.

Pascale Solages, cofundadora del grupo feminista Neges Mawon, declaró en una audiencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a principios de este mes que, desde mayo pasado, su organización ha recibido informes de más de 650 casos de violaciones colectivas e individuales en sólo una parte de la capital.

Entre ellos figura el de una madre de tres hijos que vio cómo violaban a su hijo de nueve años delante de ella, dijo, y el de mujeres que quedaron embarazadas o sufrieron complicaciones a causa de abortos inseguros e ilegales.

La ONU también animó a los países a perseguir a quienes proporcionan apoyo y fondos a las bandas, mientras que en una cumbre caribeña celebrada el mes pasado, los líderes pidieron que se reprimiera el tráfico de armas pesadas a la isla.